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Hoy hablaremos de la gran historia de la bodega Clos Pons, una joya en el corazón de Catalunya que, como toda gran historia, nació del infortunio y encontró en la adversidad una nueva oportunidad.
Clos Pons se encuentra en la comarca de Les Garrigues, en la provincia de Lleida, una zona con un clima continental extremo caracterizado por inviernos fríos y veranos muy calurosos. Este entorno ofrece las condiciones perfectas para la viticultura, permitiendo que las uvas alcancen su máxima expresión. La bodega se sitúa en un entorno privilegiado de suaves colinas y suelos de carácter calcáreo y pedregoso, ideales para el cultivo de la vid y del olivo.
Clos Pons comenzó su andadura en el mundo agrícola con la producción de aceite de oliva, una actividad profundamente arraigada en la región. Sin embargo, una helada devastadora azotó sus tierras, arruinando varias hectáreas de olivos y dejando un futuro incierto para la bodega. En lugar de rendirse, los responsables de Clos Pons decidieron convertir la tragedia en una oportunidad: replantaron esas tierras con vides, apostando por el vino como su nueva identidad.
Desde su primera cosecha en 2005, Clos Pons ha trabajado con pasión para crear vinos que reflejen el terroir único de Les Garrigues. Su filosofía se basa en la viticultura sostenible y el respeto por la naturaleza, aplicando técnicas ecológicas y minimizando la intervención en el proceso de vinificación. La bodega cuenta con modernas instalaciones de vinificación que combinan tecnología de vanguardia con prácticas tradicionales, garantizando la máxima calidad en cada botella.
Hoy, esos viñedos dan vida a una impresionante gama de vinos que han llevado a Clos Pons a consolidarse como una bodega de referencia en Catalunya. En nuestra última cata con la sommelier Mirell Riviello "Mell Sommelier", en la nueva sede de Importaciones Cantabria, tuvimos el placer de degustar una selección de sus vinos de estilo monovarietal, cada uno reflejando la esencia de su uva y del terroir que los vio nacer.
La experiencia fue enriquecida por la impecable conducción de la sommelier Mirell, quien con su profundo conocimiento y carisma, nos guió a través de cada uno de los vinos con descripciones precisas y apasionadas. Su capacidad para transmitir la historia detrás de cada etiqueta y resaltar los matices sensoriales convirtió la cata en una experiencia verdaderamente educativa y placentera. Además, la cata se complementó con una selección de pequeñas degustaciones diseñadas por el chef Allan del restaurante vecino, Tirasavia. Los maridajes fueron cuidadosamente elegidos para resaltar los perfiles aromáticos y gustativos de cada vino, logrando combinaciones sorprendentes y equilibradas.
Cingles Garnatxa Blanca: Un vino fresco y vibrante, con notas de frutas blancas y una acidez equilibrada que lo hace ideal para maridar con mariscos o platos ligeros.
Roc de Floc de Macabeo: Expresivo y elegante, este Macabeo sorprende con su mineralidad y su estructura, una versión refinada de esta uva mediterránea.
Aura de Garnatxa Negra: De gran intensidad aromática, con notas de frutos rojos maduros y especias, y taninos sedosos que envuelven el paladar con elegancia.
Pla del Tet Syrah: Potente y estructurado, con notas de ciruela negra, pimienta y toques ahumados, ideal para carnes a la parrilla y guisos intensos.
Llena de Cabernet Sauvignon: Un tinto con carácter, de taninos firmes y un perfil aromático que recuerda al cassis, la madera bien integrada y un final largo y persistente.
Para cerrar con broche de oro la velada, terminamos probando el vermut de la misma bodega, una propuesta elegante y llena de carácter que sorprendió a todos los asistentes. Posteriormente, nos aventuramos a explorar la tienda de la importadora, donde descubrimos una selección impresionante de vinos de Clos Pons y de muchas otras bodegas, además de una cuidada colección de productos gourmet y delicatessen que hacen que la visita valga cada momento. Sin duda, una experiencia que invita a regresar.
Cada uno de estos vinos cuenta una historia de superación y pasión por la tierra. Clos Pons es el claro ejemplo de que, ante la adversidad, la resiliencia puede dar frutos extraordinarios. Lo que comenzó con olivos terminó por convertirse en una de las bodegas más interesantes de Catalunya, demostrando que, a veces, las mejores historias nacen de los momentos más difíciles.
Clos Pons no solo ha sabido reinventarse, sino que ha logrado posicionarse con vinos auténticos, llenos de identidad y carácter. Así, lo que un día fue una tragedia, hoy es un motivo de celebración en cada copa que levantamos para brindar por su éxito.
¡Salud por Clos Pons y por su gran historia!
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