Había estado tratando de buscar diferentes maneras de inspirarme, organizar comidas, reuniones, buscar yo misma la plática que invite a mi imaginación y creatividad que últimamente se encontraba dormida.
Por ese motivo mi reciente viaje a La Paz Baja California me cayó del cielo. El pretexto perfecto para encontrarme conmigo misma, para retomar esa chispa de inspiración. Además para poder gozar los hermosos paisajes que nuestro país nos regala.
Fue por una atinada recomendación que llegué a Tatanka del chef Carlos Valdéz.
Fue un viaje de amigas, así que les agradezco con el alma que hayan confiado en mi, para dar inicio a nuestra aventura por La Paz. Caminamos esa noche de jueves desde el Hotel Catedral hacia el restaurante, a tan solo unas cuantas cuadras de distancia, así pudimos constatar de lo seguro que es caminar por el centro de la ciudad.
¡Al principio podía ver sus caras de sorpresa! No sabíamos si íbamos por el camino correcto, pero cuando atravesamos esa cochera, o quizás podríamos llamarle callejón, encontramos nuestro destino.
A nuestra llegada al restaurante nos dieron una mesa en medio del patio que es muy tradicional. Era casi fin de semana, así que pudimos ver mesas grandes celebrando alguna fecha especial.
El menú es muy amplio y lo más seductor para mi en la carta -obviamente si te encuentras en La Paz-, de inmediato fueron los ostiones embarazados. Con presentación muy llamativa, son digna de fotos. Éstos vienen acompañados de un aceite de chile morita y pesca del día, qué para nuestra visita se trataba de jurel.
Puedo sentir aún en mi paladar la frescura del producto de solo recordarlo, que aunque no lo crean, maridado con mi coctel de mezcal era perfecto.
Yo no soy la más fanática del mac and cheese, pero una de mis amigas tuvo el gran acierto de pedirlo, aunque todas estábamos un poco renuentes, pero si quieren saberlo, uno de los platos con la descripción más sincera del menú, efectivamente: mucho queso, mucha langosta, mucho sabor.
Pero les voy a ser completamente honesta, desde que me hablaron del lugar, no podía dejar pasar la oportunidad de pedir el tartar de atún, creo que si mis compañeras de cena tuvieran que que describir este plato, ¡los elogios no pararían! Tenía la cantidad perfecta de acidez, de picante, ese picor rico que estimula de inmediato al paladar y deja una sensación prolongada y agradable. ¡Ese plato quedó limpio!, y si mal no recuerdo la pregunta final fue… ¿Y si pedimos otro?
Después de compartir esos dos platillos, cada una se dispuso a probar los tacos de la carta, yo pedí el taco Pajaritos, que si me preguntan, lo volvería a pedir, no le hacía falta nada extra ni tampoco le sobraba algún elemento. Un taco para repetir en cada visita.
Me hubiera gustado poder encontrarme con “Tatanka”, que además es el apodo del chef Carlos Valdéz, sobrenombre que he escuchado muchas veces, siempre rodeado de elogios, grandes comentarios y buenas anécdotas.
Será un lugar, al que sin duda regresaré, acompañada, quizás sola pero volveré para disfrutar todo lo que me faltó probar de su menú. Si me encuentro al chef por ahí, decirle ¡gracias!, por entregar una cocina honesta y memorable.
Esta gran recomendación abrió la puerta para esperar más de nuestras comidas en La Paz, pero los recuerdos que anidaron en nuestras papilas gustativas de Tatanka prácticamente no pudieron ser igualadas en el resto del viaje. ¡Gracias chef Tatanka por tan memorable cena entre amigas!. ¡Prometo regresar pronto!
Tatanka
Calle Revolución s/n entre Bravo y Ocampo
La Paz, Baja California Sur 23000
IG https://www.instagram.com/tatankalapaz/
Sobre Natalia Hoyos: Comensal apasionada de la región de la Laguna en el norte de México. Egresada de programas de educación en turismo y gastronomía. Comparte recetas para salvar el día a día en sus redes sociales. Ha fungido como presentadora en festivales gastronómicos como ExpoPan y ExpoGastronomica. Creadora de Paralelo Experiencias en dónde ofrece al público, cenas, cursos y vivencias inolvidables conectadas con la gastronomía y vino.
Instagram: @nats.cocina
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