El calor se combate con vinos

Vinos blancos
y rosados son
excelentes opciones
para combatir al calor



Por sommelier José Carlos Palacios
Instagram: maestrodevinos


Hola a todos, me da mucho gusto saludarles en vísperas del Día del Padre.

Con estas olas terribles de calor en todo el país, el consumo de líquidos es vital para tener buena salud.

Lo primero que viene a la mente para mitigar “la otra sed”, la sed de la mala, es una cerveza bien fría; sin embargo, pocos tenemos el placer de experimentar con una copa de vino rosado o blanco. La pregunta que siempre nos hacemos es: ¿qué aportan esos vinos al organismo? La respuesta es más simple de lo que nos imaginamos.

Al ingerir vinos blancos y rosados también recuperamos parte de los electrolitos que perdemos a través de la sudoración. Minerales como potasio, calcio y manganeso, que se encuentran en los vinos más mineralizados, como el blanco, nos hacen tener una satisfacción en el cuerpo, además de que ejercen una acción refrescante.

Podríamos hablar de la cerveza, pero caemos en el riesgo de “empanzonarnos”, si es que es válido el término, con la cantidad de malta y lúpulo que trae aparejada este dorado líquido. En otras palabras, no hay nada mejor que beber una o dos copas de vino blanco suave y refrescante, como un Sauvignon Blanc, con notas muy marcadas a hierbas, como césped recién cortado, y aromas que nos recuerdan a una tarde de lluvia y hojas.

También encontramos cítricos suaves, algo de piña y melón verde, ideal para acompañar las ensaladas frescas que jamás deben de faltar en la comida veraniega. El Sauvignon Blanc aporta aromas de rosas blancas y azahares, lo que da un toque más de distinción.

En algunos Sauvignon Blanc pueden aparecen aromas más vegetales, como pimientos verdes, chiles jalapeños, aceitunas verdes o espárragos, lo que depende mucho el tipo de clima y la región de donde provienen.

Otro tipo de vino ideal para controlar el calor es el rosado. Aunque ha sido satanizado durante mucho tiempo, debemos darle el lugar que le corresponde, ya que los vinos rosados aportan frescura y suavidad al acompañarlos con muchas frescas comidas: pescado al mojo de ajo, verduras al vapor y pechugas de pollo a la plancha, o como un aperitivo, al borde de la alberca, disfrutando de algo de música con unos quesos, carnes frías y aceitunas.





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La recomendación es un vino fresco suave del este de Francia, un Rosé d’Anjou con notas a flores blancas y suaves, aromático. Es un vino color salmón con destellos naranja, agradable a la vista y al olfato. En boca se siente sedoso y pulcro, es ideal para las personas que comienzan a beber y no quieren cosas ácidas o fuertes.

Un sabor abocado (que no llega a ser dulce) y una temperatura adecuada son los dos factores que permiten que tomar vino sea un real mitigador de sed.

Ya me está dando algo de calor y sed, entonces los dejo, voy a refrescarme con un rosado de la zona de Provence para estar a tono con el artículo de hoy. Hasta la próxima semana y feliz Día del Padre.


Sobre José Carlos Palacios: Nacido en Argentina, actual docente de la Universidad Anáhuac de Mérida Yucatán y Head Sommelier del Yucatán Country Club

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