La resaca de San Sebastián Gastronomika

Servicio en evento. Cenador Amós en Cantabria.* 


Por Arisbeth Araujo
Twitter: @ArisbethAraujo

Reflexiones detrás de horas de congreso y malabares para comérselo todo

Terminó la XVIII edición de San Sebastián Gastronomika y tras tres días de conferencias, me quedaron algunas ideas. Una de ellas surge de las charlas de Sinergia, un espacio que gira en torno a la innovación desde una perspectiva de negocio y que se desarrolla en paralelo al congreso. En un salón pequeñito.

Tras algunas horas de estar ahí, una pregunta se quedó en mi cabeza: ¿Comer bien es suficiente?
Después de escuchar a Urko Mugartegui, Director del restaurante Cenador de Amós en Cantabria; Juan Carlos Iglesias, líder de Grup Iglesias, uno de los conglomerados restauradores más importantes de España; y a John Gorham, chef, co-propietario del grupo de restauración Toro Bravo Inc., en Oregón; esa pregunta (título de una de las ponencias), se mantuvo como el alcohol tras una noche de pinchos.

En un restaurante comer bien debería ser la regla. Es más, para Juan Carlos Iglesias es algo que no se debe preguntar o cuestionar. Para él, debería ser como cuando compras un auto. Nadie pregunta si tiene cuatro llantas y un volante.

Sin embargo, el cuestionamiento surge porque existen lugares en los que comer bien no es la regla. No nos detendremos a pensar en ellos (menos en si deberían permanecer o no), vamos a hablar de los restaurantes donde se come bien y el punto a explotar son los  “extras”. Es decir, los amenities que les ayudan a subsistir, sonar y crecer.

Urko Mugartegui Director del restaurante Cenador de Amós

Juan Carlos Iglesias líder de Grup Iglesias

Comer bien no es suficiente. El servicio, el diseño, la arquitectura, el ambiente, la hospitalidad, entre otras cosas, son elementos que complementan una buen plato.  Es interesante escuchar las estrategias que tiene el Cenador de Amós (restaurante de estrellas Michelin) para cautivar a sus clientes.

Seis palabras resumen su estrategia: acoger, conectar, emocionar, deslumbrar, relajar y abrazar para complementar el simple acto de comer.

Esa es su forma de complementar la experiencia de comer bien. ¿Será suficiente?

Yo creo que no del todo. El factor humanos es tan impredecible que un restaurante siempre está en zona de riesgo. Sin embargo, definitivamente todo suma para disminuir riesgo y complementar una experiencia. Porque en un sitio de alto calibre, comer bien es sólo una parte del todo.

Entonces me pregunto: hasta dónde los amenities están bien o se vuelven un exceso? Ojalá en el próximo congreso, encuentre la respuesta.

Sobre Arisbeth Araujo: Entusiasta realizadora de sueños. Periodista gastronómica con amplia experiencia en diversos medios y viajera incansable. Disfruta de correr y vivir la libertad de descubrir el mundo bocado a bocado.

Fotos: Fuente, *Foto de Cenador Amós

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