Presentan libro: CDMX: Capital Gastronómica, en elegante evento en Polanco


El libro "CDMX: Capital Gastronómica" recupera historias de
restaurantes emblemáticos del Distrito Federal


Por Viko Lukániko (@GalloLukaniko)

En un elegante evento se presentó el libro “CDMX: Capital Gastronómica”, una edición que promueve los sabores y aromas que alimentan al imparable capitalino. El proyecto fue impulsado por el Fondo Mixto de Promoción Turística en conjunto con Travesías Media, y pretende convertirse en la enciclopedia obligada para todo gourmand en la capital azteca.
Entre copas de tequila, churros con cajeta e invitados especiales, se llevó a cabo la presentación de esta interesante edición de la gastronomía capitalina. El espacio de honor lo prestó la Cantina de El Palacio, ubicada en suntuosa terraza del Palacio de Hierro Polanco.

CDMX: Capital Gastronómica, es una titánica misión editorial de incluir los lugares y cocinas más representativos que alimentan al capitalino. Por ello, un recorrido por sus hojas pueden llevarte desde el taller de Enrique Olvera en Pujol, hasta unos tacos de carnitas para madrugadores en el Mercado de Abastos de la Ciudad de México.
Distinguidos chefs fueron parte de la presentación del libro

La presentación del libro tuvo como invitados a los chefs Zahie Téllez, Maycoll Calderón, Jair Téllez, al restaurantero Walter Meyenberg y al escritor Alonso Ruvalcaba, quienes fueron guiados por la editora del libro, María Pellicer, en un leve recuento por los tacos, guisados, fogones y menús que han marcado sus estómagos y ahora son parte de este proyecto editorial.
En su debido momento, María Pellicer, reconoció que CDMX: Capital Gastronómica es libro que jamás logra completarse, imposibilitado por el inmenso número de locales de gran calidad, y que por falta de tiempo, no logran colarse en la edición. Pero asegura que esto mismo le ofrece una cualidad especial al proyecto; y una oportunidad para reinventarse en el futuro.

Este detalle puntualizado por la editora, hace muy interesante a un proyecto de esta envergadura; la posición de un libro sin final. Un compendio que siempre puede aderezarse, al que siempre pueden y deben incluirse nuevos actores, ingredientes, como cuando uno agrega agua a los frijoles con la llegada de invitados inesperados.


La amena velada concluyó con las típicas fotos de grupos, las felicitaciones, el abalance sobre sobre las bocadillos y un par de tragos más para disfrutar de los invitados. Yo por mi parte, me quedé tentado de recorrer las calles de tinta que ofrecen los colaboradores, oler las imágenes que evocan a platillos, técnicas e ingredientes repartidos por el laberinto de la Ciudad de México.

Y es que hay que reconocer que a la Ciudad de México nunca se termina por conocer del todo, mucho menos en su comida. Siempre hay más lugares recomendados, taquerías en nuevas esquinas, restaurantes escondidos en viejos casones, maestras cocinaras alimentando el fuego en ese barrio que nunca abandonaron, ese lugar que es su vida, que es parte de su sazón capitalina.



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