Fantástico maridaje: sorprendente y emotivo en Micaela Mar y Leña

Encantadora cena

con maridajes

extraordinariamente

bien logrados

Por Sommelier Carolina Díaz
Instagram: carolina.diaz.sommelier

Como siempre, cada vez que visites a la nana Micaela en su casa de la 47 en el centro de Mérida, serás sorprendido por el cúmulo de emociones y sensaciones que te dará con su sello de amor y recuerdos de aromas y sabores.

Esta noche ayudaron todos los niños, en cada rincón había movimiento y sobre todo sonrisas, la más cálida bienvenida antecedió a la mesa, donde comenzó el desfile de momentos.

Aún hay quienes aseguran que hay una enemistad entre algunas bebidas y los chiles, siendo éstos protagonistas de nuestra gastronomía; sin embargo, la nana y sus hijos nos demostraron que hay más armonía y amor entre estos elementos que se coronan en nuestras memorias.

Para empezar; sabores sorprendentes en ideas contrastantes se experimentaron con un chorizo brujo, hecho de pescado con salsa bruja y kai'ik de camarón; ¡qué buena forma de armonizar con una cerveza belgian blond!

La mente y la piel se ponen como 'piel de gallina' cuando llega el taco joa, de tortilla de chile poblano con una costra de queso, relleno de coliflor a la brasas; ahora un austríaco nos hizo compañía con un vino Grüner Veltliner que nos reafirma la apuesta por la versatilidad de las variedades blancas.

A la mitad, en el tuch (ombligo), como decimos en Yucatán, llego el famoso Xcatic, que esta vez fue tatemado y relleno de pescado con escabeche sobre un mole blanco que te hacía dejar el plato limpio y aquí, una cerveza ámbar hizo una maravilla en el paladar.

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Espera; la nana tiene su forma de demostrar más amor del que uno espera, por lo que continuó con un chile ancho relleno de mariscos en salsa pasilla sobre salsa de quesos, ahora fue turno de un vino rosado del Salento quien hizo pareja ayudando a quedarse en la memoria.

¡Hay Micaela, al final, siempre enseñando a cerrar con broche de oro!

Llegó el postre donde un chocolate de chile con compota de piña y un chileatole de chipotle, hicieron que los sabores fueron un torrente de emociones y cuyo compañero fiel fue una IPA muy fresca y aromática.

Como siempre GRACIAS, ¡te luciste nana!; como nunca te has quedado en nuestra memoria con la enseñanza constante de que querer es poder y no hay enemigos cuando de chiles, vino, cerveza y amores se trata.

Sobre Carolina Díaz: Sommelier profesional egresada del programa de la Asociación de Sommeliers Mexicanos. Sommelier para importadoras de vino y experta en experiencias gastronómicas en Mérida Yucatán.

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