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Por Sommelier Carolina Díaz
El recuerdo que guarda cada persona en su memoria sobre una bebida espirituosa, viene necesariamente marcado por la experiencia, que a su vez debe fundamentarse en la reflexión de su naturaleza, proceso y degustación.
Quién se adentra en la historia, podrá ampliar la conciencia al beber la quinta esencia; esa búsqueda que inician los antiguos alquimistas en la extracción del espíritu de los componentes naturales y que son generados por la nobleza de la tierra en la plena entrega de sus elementos.
Desde los granos de cereales, eslabones básicos de la alimentación humana; la vid, bendita y venerada; hasta el maguey franco y reacio en sus secretos; sigue la propia naturaleza en correcta perfección, y, en sintonía de organismos, procura la fermentación, una las primeras reacciones químicas entendidas por el hombre y que derrocha bondades en su ejecución.
La constante necesidad humana de un entendimiento superior de su entorno, lleva al diseño de instrumentos que permitieron la extracción del alma de los elementos y en el devenir de su perfección logran encontrar el elixir, con herencia de congéneres.
Pero, la siempre presente soberbia del ser humano por poner su firma final, lo ha llevado a lo largo de muchos años a domar la barrica, a generar maestría en la crianza y en el sutil pero contundente paso por el tiempo.
Tan complejos podemos llegar a ser, que, en el esmero por la elaboración de espirituosos, vidas enteras de han llegado a dedicar.
Entonces, en la reflexión de su origen, dedicación y respeto por el disfrute del espíritu se debe profesar valor desde su degustación franca, para luego también seguir en la alquimia de combinaciones posibles de elementos y técnicas que han dado lugar a la generación de experiencias en coctelería y mixología, que no hacen más que sumar versatilidad al espirituoso.
El mismo respeto debe ser entendido en la responsabilidad orgánica de quién lo consume, pues las pasiones banales en personalidades agobiadas solo traerán transgresión a la existencia humana, lacerando la esencia de lo que la unión de naturaleza y hombre generó.
Sobre Carolina Díaz: Sommelier profesional egresada del programa de la Asociación de Sommeliers Mexicanos. Sommelier para importadoras de vino y experta en experiencias gastronómicas en Mérida Yucatán.
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